y  se llevan 4 años de diferencia y a pesar de ello ya comienzan a tener algunas cosas en común. Por ejemplo, a los dos les gusta Toopi, la sopita de verduras con pollito, las cosquillitas en la espalda, que mama les cante la, la, la y los llene de besos antes de dormir. Pero debo reconocer, que por encima de todo ello, mis dos hijos comparten el mismo juguete favorito.

Es algo grande para su tamaño por lo tanto solo pueden abrazarlo por partes. Es muy interactivo por lo que jugar con él se hace extremadamente divertido. Puedo escucharlos gritando y riendo a carcajadas cuando baila como los Wiggles, o cuando canta, grita, ruje, funciona en modo de señas, se dobla, se agacha, corre o se hace el dormido.

Brinca lazo, juega futbol,  sus brazos se arquean hacia adelante cuando sirve de canasta en los juegos de baloncesto; se arrastra, hace campamentos, toma té con Minnie, Barbo y Barbie; es paje de princesas y novio en boda (cada vez que Emily recrea el matri de la tia Stella); unas veces se transforma en marioneta y otras se mueve hacia la derecha y la izquierda alternando los brazos como matachito de juego viejo de atari; reparte monedas y huevos de chocolate que saca del bolsillo delantero de su morral mágico; colorea, lee cuentos, le pone extra chocolate a la leche, es resistente al agua y salvavidas; es co-piloto del agente especial OSO; come crispeta, hace copitos de nieve y aviones de papel; amarra zapatos y siempre tiene respuestas.

 es el juguete favorito de mis hijos.